domingo, 29 de septiembre de 2013
jueves, 26 de septiembre de 2013
Acechando en tu mirada.
Te he visto, quizás no te des cuenta. He estado pendiente de ti más de lo que te imaginas, he visto desde sonrisas, y alegrías hasta lagrimas y desesperación en ti. No lo has visto, eso lo sé. Sé que soy muy hábil en esto, cuando me lo propongo es muy difícil que me descubran, no quiero sonar pedante, ni mucho más, pero me considero muy inteligente en cuanto a estas cosas. Lo he comprobado varias veces, y demás, pero en este momento solo quiero hablar de ti.
Te he visto estar con más de uno, pues desde la primera vez que te vi, noté en tus ojos algo que me fascina. Algo que me encanta y creo que es algo que saca de quicio mi humanidad. Es algo que se encuentra en muy pocas mujeres, algo que viene de tu alma, y que en el físico no se reconozca. Me enamoré de ti, de tu inocencia. Ahí comenzó mi juego psicológico.
Sabía desde primera instancia que sería realmente jodido llegar a ti, sabía que no iba a ser fácil, pero además de considerarme inteligente, me considero perseverante, no desfallezco tan fácilmente. Eso quizás fue en enero, quizás en mayo, nunca me he ubicado bien temporalmente, pues el tiempo no es problema cuando sabes que tarde o temprano te llegará un final y aprovechas los instantes como lo que son. De lejos te vi, tu no identificabas mi ser aún, ni tampoco tenías necesidad. Vivía sumido en un mundo de llanas ilusiones, sueños, fantasías, deseos contigo, con eso que tus ojos reflejaban.
Pasó el tiempo, y yo seguí siendo yo. Alejado, tímido, expectante. Te veía llorar. Te veía reír. Te veía ser feliz, seguías sin saber de mi existencia. Me adentré más allá y no sé como logre que reconocieras la insignificancia de este ser humano en el mundo. Ya tenía nombre en tu cabeza. Ya no era "Otro tipo más". No sabes esto como alegró mi futuro, como mantiene encendido mi presente. Las cosas iban mejorando, ya me mirabas a los ojos y me hacías gestos de conocimiento, ya no era otro imbécil más en tu vida, sino aquél imbécil que se sentía feliz con tu presencia y lo sabías.
Recuerdo cuando atravesé tu mirada, cuando en la soledad de nuestras existencias conjuntas un beso fue el causante de la formulación de mil y una dudas. Recuerdo cuando tu cuerpo y el mío se buscaban, donde el calor rebasaba nuestros propios limites. Pero siempre recordaré como lo más placentero, tener tus ojos frente a los míos, ver mi reflejo en ellos y encontrar la inocencia de tu mirada, nunca fui más feliz que eso. Eso que extraño hoy y que ya no tengo. ¿Acecharé alguna vez la mirada de alguien más como lo hice con la tuya?. No creo. Tus ojos cafés combinaban con los míos, y ahora que los perdí, nada más combina.
Te he visto estar con más de uno, pues desde la primera vez que te vi, noté en tus ojos algo que me fascina. Algo que me encanta y creo que es algo que saca de quicio mi humanidad. Es algo que se encuentra en muy pocas mujeres, algo que viene de tu alma, y que en el físico no se reconozca. Me enamoré de ti, de tu inocencia. Ahí comenzó mi juego psicológico.
Sabía desde primera instancia que sería realmente jodido llegar a ti, sabía que no iba a ser fácil, pero además de considerarme inteligente, me considero perseverante, no desfallezco tan fácilmente. Eso quizás fue en enero, quizás en mayo, nunca me he ubicado bien temporalmente, pues el tiempo no es problema cuando sabes que tarde o temprano te llegará un final y aprovechas los instantes como lo que son. De lejos te vi, tu no identificabas mi ser aún, ni tampoco tenías necesidad. Vivía sumido en un mundo de llanas ilusiones, sueños, fantasías, deseos contigo, con eso que tus ojos reflejaban.
Pasó el tiempo, y yo seguí siendo yo. Alejado, tímido, expectante. Te veía llorar. Te veía reír. Te veía ser feliz, seguías sin saber de mi existencia. Me adentré más allá y no sé como logre que reconocieras la insignificancia de este ser humano en el mundo. Ya tenía nombre en tu cabeza. Ya no era "Otro tipo más". No sabes esto como alegró mi futuro, como mantiene encendido mi presente. Las cosas iban mejorando, ya me mirabas a los ojos y me hacías gestos de conocimiento, ya no era otro imbécil más en tu vida, sino aquél imbécil que se sentía feliz con tu presencia y lo sabías.
Recuerdo cuando atravesé tu mirada, cuando en la soledad de nuestras existencias conjuntas un beso fue el causante de la formulación de mil y una dudas. Recuerdo cuando tu cuerpo y el mío se buscaban, donde el calor rebasaba nuestros propios limites. Pero siempre recordaré como lo más placentero, tener tus ojos frente a los míos, ver mi reflejo en ellos y encontrar la inocencia de tu mirada, nunca fui más feliz que eso. Eso que extraño hoy y que ya no tengo. ¿Acecharé alguna vez la mirada de alguien más como lo hice con la tuya?. No creo. Tus ojos cafés combinaban con los míos, y ahora que los perdí, nada más combina.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
Prisionero del tiempo.
Cuando la pasión que arde en mi corazón queda atrapada en el tiempo, y tú mi dulce inspiración te ves llevada al alejamiento fortuito. Mi corazón se detiene, no puede más, no haré nada si no te tengo pues es por ti quien soy, es por ti que soy músico, es por ti quien soy poeta, es por ti quien soy más amor que persona. Quedé atrapado en el tiempo, siendo prisionero de los ojos. Me cautivaste, me enamoraste, con una sonrisa me dominaste. No la saco de mi cabeza. Tu sonrisa, tu mirada. ¿Cómo serán tus besos? Serán tan apasionados como lo es tu mirada, serán tan suaves como es tu forma de ser. ¿Cómo será dormir a tu lado? Creería yo que eso es paz, creería yo que eso es felicidad. Pero... para qué me cuestiono si estoy atrapado, lejos de ti. Sin posibilidades de librarme de esta condena, de este castigo. Sin tenerte conmigo, ni mucho menos tenerte cerca. Sufriendo, padeciendo, quizás buscando salidas. Quizás esperando con paciencia lo que algún día se podrá lograr. Soy solamente un prisionero de tu cuerpo. No lo puedo evitar.
lunes, 2 de septiembre de 2013
Labios de ángel.
Sueño con tus besos, sueño con tus caricias. No las encuentro. Me pierdo cuando veo tus labios. Labios de ángel, besos que me llevarán a tocar el cielo. Besos de ángel.
No logro desprenderme de estos pensamientos, de la búsqueda incansable de encontrarme algún día a tu lado, sentados, juntos, con tu cabello en mi cara, y tras de esto, tus labios, a mi alcance. Sin preocupaciones, sin ambiciones, con un único deseo. Besarte. Pero a través de este beso encontrarte. Ver quien realmente eres, a través de este beso, cuidarte, protegerte, enamorarte.
Pero lastimosamente estos son solo sueños. Sueños... sueños... sueños. Deseos, mentiras, engaños. Entre todo esto una esperanza, letras, café, canciones y versos. Una misión. Encontrar la forma, de entrar a ti, de encontrar tus ojos frente a los míos y besarte. Buscar el cielo mediante tus besos, y llenar tu alma de canciones y poemas. Atravesar mi existencia mediante unos labios de ángel. Tus labios.
No logro desprenderme de estos pensamientos, de la búsqueda incansable de encontrarme algún día a tu lado, sentados, juntos, con tu cabello en mi cara, y tras de esto, tus labios, a mi alcance. Sin preocupaciones, sin ambiciones, con un único deseo. Besarte. Pero a través de este beso encontrarte. Ver quien realmente eres, a través de este beso, cuidarte, protegerte, enamorarte.
Pero lastimosamente estos son solo sueños. Sueños... sueños... sueños. Deseos, mentiras, engaños. Entre todo esto una esperanza, letras, café, canciones y versos. Una misión. Encontrar la forma, de entrar a ti, de encontrar tus ojos frente a los míos y besarte. Buscar el cielo mediante tus besos, y llenar tu alma de canciones y poemas. Atravesar mi existencia mediante unos labios de ángel. Tus labios.
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