sábado, 27 de agosto de 2016

Los poetas no deben ser felices.

Me miras fijamente a los ojos y tomas mi mano, me ves paralizado y sigues de igual manera. Sabes lo mucho que he anhelado este momento, sabes lo mucho que puede pasar por mi cabeza en ese instante. Tus ojos penetran mi interior y me pierdo en ellos, siempre me pierdo en ellos. Tu sonrisa me alegra de sobremanera y tus labios me llaman... Y ahí te vas con una sonrisa coqueta, un toque de picarda, dejándome a la intemperie con mi cabeza llena de pensamientos. Nada pasó.

Hace frío, y es una noche joven. Me acompaña una botella de cerveza y un cigarrillo que encontré a medio fumar en el piso. Qué suerte que volví a cargar mi encendedor; en esta soledad hubiese sido imposible encontrar fuego para prenderlo. Me pregunto ¿Quién en su sano juicio bota un cigarrillo al que solo le han dado una o dos caladas?, y sigo caminando. Hace frío y la noche es oscura. Conmigo, la punta brillante del cigarrillo empezando a consumirse nuevamente y la botella la cual se va viendo medio vacía van sin rumbo. Una calada, un sorbo, y dejo salir. Veo como el humo se desvanece en mi rostro; pienso que así deberían desvanecerse mis esperanzas y por mi cabeza pasa un 'Maldita sea, los poetas no deben ser felices, no debería seguir intentándolo'.

La noche es joven y la luna me acompaña. El cigarrillo se va acabando lentamente y mis ganas de seguir adelante se van con él. Ya no queda más cerveza, y de la ira la botella queda destruida en varios pedazos al rededor de mí. No estoy pensando claro... Estoy muy disperso; me siento distraído. Tú me distraes, siempre lo has hecho. La luna me acompaña, y con ella una fuerte llovizna se aproxima. el frío es inclemente. Me hace falta tu calor en forma de abrazos. Me haces falta tú.

La noche dejó de ser joven, ya no hay cigarrillo, ya no hay cerveza, ya no hay felicidad, ya no estás conmigo. Nunca estarás en sí conmigo... me repito nuevamente 'Camilo, deja de intentar buscar esa felicidad, eres poeta, no debes ser feliz'. Y me desvanezco sobre el rodadero del parque al que llegué.

Miro la luna en su punto más alto, con su brillo máximo, rodeada de un montón de estrellas que pensé no vería nunca en esta miserable ciudad llena de contaminación. Alcanzo a sonreír pensando en como la luna me recuerda a tus ojos. Estoy jodido. No debo ser feliz, no debería alegrarme por esas cosas. Lo único que sé es que no te tengo, y lo más probable es que nunca lo haga...

El frío me acaba, y mientras cierro los ojos me repito hasta el cansancio que todo es una ilusión, que no debería ser feliz, que no debería seguir viviendo por ese sentimiento inestable que causas en mí. El frío, el agua en mi rostro, la noche me cubren... Mi celular vibra... Es un mensaje tuyo dónde me dices el cual se me hace borroso por mi situación, sin embargo solo por el hecho que sea tuyo, sonrío. Quizás pueda ser feliz; ¿pero realmente debería serlo?.

jueves, 25 de agosto de 2016

Para mis días de mierda, tú.

Suena el despertador. 4:55am, otro lunes más, otra semana más. Los días suelen pasar de 7 a 6, lentos, como tortugas cruzando una avenida. Realmente, todo esto es muy tedioso, hay veces que llego a odiar esta rutina, pero ahí estás tu, con una sonrisa (muy hermosa por cierto) casi siempre al final de mis días. Realmente, estos días de mierda son insufribles. No hay analogías que me hagan poder expresar que tan lento pasan para mí, sin embargo,todo el puto tiempo que espere habrá valido la pena porque al final de este día de mierda estarás ahí, con una sonrisa, quizás solo compasiva... pero al fin y al cabo, una sonrisa, que me llena de alegría.

Suena el despertador, 6:30 marca el reloj.  Siento que tengo suerte de que este viernes entre a las 9. Igual el día va hasta las 6, pero es el día que más sufro, porque la incertidumbre me desalienta. No sé si veré la sonrisa a la que estoy acostumbrándome diariamente. Quizás hoy no te vea, pero... sé que si lo hago habrá valido la pena cada maldito segundo de espera desde la última vez que vi esa sonrisa... porque al final, lo único que me hace realmente feliz y me hace sentir completamente bien es tu sonrisa, es tu mirada; eres tú.

Solo espero, que para más días de mierda, estés tú.

sábado, 20 de agosto de 2016

Noches atrás.

¿Recuerdas esas noches, cuando me acompañabas a aguantar frío en ese parque que quedaba al lado de tu casa? Quizá sea por eso que hoy es difícil que sienta frío alguno. Sabías lo mucho que amaba ver el firmamento despejado, la gran cantidad de estrellas que nos rodea y la luna... la hermosa luna. Lo que no sabías supongo era como amaba ver el reflejo de esa luna llena, brillante a más no poder, en tus ojos, mientras me sonreías y me hacías sentir perdido en tu ser.

¿Recuerdas también como en esas noches, solía quitarme la chaqueta, o el buso que estuviese usando para ponértelo encima, y posteriormente recibir cantidades incontables de abrazos de tu parte? ¿Recuerdas esa noche en la que te enojaste conmigo y no me recibiste el buso que llevaba? Igual me lo quité y te lo puse encima. Sé que te lo quitaste y lo dejaste en el piso... Esa fue una noche muy fría, jamás olvidaré ese 'Camilo, abrázame'.

¿Recuerdas ese último beso en ese parque? Los dos echados en el pasto, yo como siempre viendo la luna, intentando no pensar en que era nuestra última noche juntos. Tú, ansiosa, nerviosa y con sentimientos encontrados, estabas muy feliz porque cumplías un sueño, pero no te sentías del todo cómoda porque acabaríamos lo nuestro. 'Camilo, abrázame... y no me sueltes nunca'. Entre mis brazos todo se fue desvaneciendo lentamente. No existía ni frío, ni luna, ni estrellas. Solo tu y yo... Solo existíamos tu y yo en ese instante.

Esas noches atrás... que tanto anhelo repetir. Abrazándote, besándote, y siendo feliz a tu lado, bajo la luz de la luna.