lunes, 20 de marzo de 2017

Te prometo

¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? Ibas vestida de forma un poco peculiar, parecía que gustaba hacerte notar. Yo nunca he sido bueno con las palabras, y mucho menos con las primeras veces, por eso recuerdo muy bien que fuiste tu la que dio el primer paso. 'Vamos por un helado', me dijiste y yo con una sonrisa demasiado estúpida acepté. Nunca pensé que ese helado iba a dar inicio a tantas cosas.

Recuerdo muy bien una noche en la que salimos a bailar. Yo siempre te dije que no era muy bueno, pese a que era una de las cosas que me gustaba, y tu sin rodeos me dijiste que me enseñarías, que no importaba en lo absoluto mi destreza. Bailamos toda la noche, y creo que antes de eso, nunca me había esforzado tanto para no hacer gestos de dolor. Verte sonreír solo por el hecho de que yo estuviese haciendo algo diferente, algo alegre, me llenaba de mucha felicidad.

Recuerdo la primera vez que tomamos juntos. Siempre me he jactado de mi resistencia y mi pasión por el alcohol, sobretodo por la cerveza. Creo que aún me sorprende de alguna manera el hecho que pudieses tomar a mi ritmo sin sufrir consecuencias graves... De hecho me sorprende aún más que estuviste a punto de ganarme en cuanto a tomar lo más rápido posible una cerveza. Esa noche fue muy divertida, y fue el primer paso fuerte para muchas cosas más.

Creo que una de las cosas que más recuerdo es que estuviste ahí cuando mi problema más fuerte empezó a derrumbarme. Me apoyabas de muchísimas formas, y siempre intentabas quitarme la cara de enojo que tenía. Llegaste un punto en que te preocupabas más por mi que por ti, y yo no lo valoraba y al final te diste cuenta de eso. Empezaste a ser más fría y a dejar que yo siguiese siendo terco y lastimándome. Sabías que de una u otra manera tu indiferencia me servía más que tu atención y lograste tu cometido. Lograste hacer que me cuidara por primera vez.

Recuerdo esas noches que pasaba contigo, una en especial donde bloqueaste mi forma de ser por completo y sólo me dejabas hacer algo siempre y cuando yo prometiese cosas, muchas de ellas que nunca cumplí. Te prometí que me cuidaría hasta que mejorara completamente, y tarde o temprano volvería a las canchas, te prometí que te tendría en mi mente así te fueses lejos, te prometí que sería fuerte si todo se derrumbaba y te prometí que nunca dejaría de ser feliz. Al final esa noche pude dormir tranquilo, contigo entre mis brazos, pero las promesas aún retumban en mi cabeza.

Aún no te has ido, no te he alejado del todo, pero ya no soy feliz del todo, no he sido fuerte, y no me he cuidado. Creo que lo único que he cumplido de eso es que siempre estás en mi cabeza. El tiempo se acaba, para mí más que todo y solo pienso en que debo buscar cumplirte por lo menos la de ser feliz (porque sé que siendo feliz puedo ser más fuerte). Pero de una u otra manera te necesito...

Yo sé que mi felicidad no debe depender de las personas, pero eres bastante especial para mí y no puedo evitarlo, por lo cual hay varias cosas que necesito..

Necesito una última salida juntos a comer helado en cualquier lado, te prometo que volveré a sonreír estúpidamente como aquella primera vez.
Necesito bailar contigo una última vez, te prometo que no haré caras de dolor así me gobierne por completo, porque sé que te veré sonreír como aquella vez y seré muy feliz.
Necesito tomar contigo una de estas noches, te prometo que ganarme no será tan fácil, o por lo menos eso espero, nadie quita que seas tu quien me vea borracho.
Necesito estar contigo una última noche, dónde pueda contarte que cumplí lo que te dije, para posteriormente rodearte con los brazos, abrazarte y sentirme más tranquilo que nunca, y así sentir que jamás te irás de mi vida, así el día de mañana no estés.
Entre tantos recuerdos y tantas promesas una gota de nostalgia me aborda, y me doy cuenta que de una u otra manera, detrás de toda esta amargura y enojo que siento constantemente, si puedo ser feliz, y son muchos los momentos en los que lo soy... Por ejemplo este, donde te estoy recordando con tanto fervor.