martes, 15 de mayo de 2018

Entropía

La vida es un caos todo el tiempo, ésto lo dice la segunda ley de la termodinámica. Cualquier acción que se realice, liberará entropía, y esto se traduce a un mundo lleno de caos, lleno de desorden.
Es por esta razón, quizá, que cuando salía a bailar contigo, siempre sucedían cosas, que fuera se salían de mis manos.

La razón principal por la cual salía, eras tú, bailar me hacía sentirme más cerca de ti, y tú, con tu sonrisa buscaba ayudarme con mis torpes y tímidos pasos. Esas noches en particular eran demasiado intranquilas, no propiamente porque entre tu y yo hubiese una tensión negativa, sino que las estrellas se posicionaban para vernos sufrir eventos desafortunados.

Podemos comenzar con el día al que me llevaste al bar de salsa, sabías lo mucho que me gusta ese genero y me llevaste para ver que tanto podía defenderme yo bailándolo. La noche era muy linda, y llevábamos bailando sin parar casi una hora, por lo que sin previo aviso me tiraste a una silla y posteriormente te sentaste sobre mi, con la mala fortuna de que ésta se rompió y terminamos en el piso. No parabas de reír, mientras yo sollozaba por el golpe que había recibido. Me hiciste levantarme rápidamente y seguimos bailando, esa noche estuve reacio a volver a tomar asiento. Sin embargo, el dolor desaparecía a medida de que tus besos aparecían.

O también, como olvidar aquella noche, que decidimos dejar el baile para una siguiente y fuimos a un café bar, a escuchar una banda en vivo. Era un tributo a Barón Rojo, y si bien no era tu genero favorito, me llevaste sabiendo que era una de mis bandas preferidas. Yo estaba muy feliz, las canciones, tu mano sobre tu pierna y tu mano sobre la mía, música y tu sonrisa a mi lado. Eso hasta que levanté mis brazos por la alegría que tenía encima, teniendo la mala fortuna de derramar una bandeja que un mesero traía sobre nosotros. Quedamos bañados en alcohol; yo no podía decir ni una palabra, mientras tú, me veías con tu cara de 'Eres un imbécil', me sonreías y posteriormente me dabas un beso para terminar diciendo 'Así, con todo este alcohol sabes un poquito menos amargo'.

A tu lado mi vida tenía muchas más emociones, solían pasarme cosas que no comprendía o que a priori, no tenían sentido. Me llenabas de sonrisas, más de las que me regalabas, me hacías ver el mundo de una forma un tanto más positiva y pese a que siempre, siempre que estabamos juntos algo malo pasaba, nunca lo vimos como algo malo... tu lo veías con unos ojos llenos de tranquilidad y una sonrisa esperanzadora, mientras que yo lo veía como una oportunidad de poder ver esa sonrisa que tanto amé.

Al final, como decía la canción que sonaba cuando nos caímos de la silla 'todo tiene su final, nada dura para siempre'. Aunque pensandolo bien, todo ese caos si lo hace... y en ese caos está el recuerdo de esa hermosa sonrisa.


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