martes, 22 de julio de 2014

No encuentro palabras.

En algún momento a llegar que me equivocaría de nuevo, tenía razón, las cosas no saldrían como yo lo esperaba, el pesimismo que asolaba mi ser cegaba aquellas posibilidades que nunca vi, y hoy me siento feliz de haberme equivocado. Me dejas sin palabras, no encuentro como expresar lo que por ti siento, mucho menos la forma en que tú haces sobre mí. Estoy perdidamente enamorado, de esa sonrisa, que desde el momento que nos conocimos muestras con fervor. Estoy perdidamente enamorado de los ojos en los que me pierdo y que finalmente son los cómplices de mi besos. Estoy locamente enamorado de tus labios, de tus manos, de tu cuerpo... Estoy profundamente enamorado de ti, Sofía.

A tu lado el tiempo vuela, y yo me siento más grande, más significante, me encanta perderme en la llevadera caminata que suele aguardarnos, o en tu risa, aquella que siempre espero ser yo quien provoca. Me encanta sostener tu mano, besar tu cuello, jugar con tu cabello, sentir que somos uno, sentir tu felicidad y extender la mía hasta el momento en que debemos, por razones ocurrentes, separar nuestras existencias, manteniendo aquél hermoso vinculo que nos une más allá de nuestro mismo entendimiento.

Hoy soy a tu lado la persona más feliz del mundo. Estoy inmensamente agradecido con la vida, el destino, la suerte, cómo se le quiera llamar a esa energía que mueve las existencias, de haberte puesto en mi camino, y que días que transcurren con normalidad, sean especiales, sean alegres, sean hermosos como tú.
Eres mi cielo, eres mi vida, eres todo lo que le puedo pedir a la vida. Decir que te quiero mucho es decir poco, pues en 4000 años que lleva extiendo el lenguaje, aun no existe una palabra que logre representar esto que por ti yo siento.

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