viernes, 21 de noviembre de 2014

A dos metros de un tal vez.

A veces la vida nos juega bromas, capaces de consternar nuestra existencia durante días. Hoy viví esa broma de una forma un tanto frívola en mi opinión. Hoy la vida me puso a dos metros de ti durante prolongados 30 segundos. Fue como si esta vida me hubiese dicho "Usted aun la quiere, la extraña con todo lo que es, acá tiene la oportunidad de buscarla, si tiene valor hagale, no lo piense mucho, de una aproveche." sin embargo, soy un cobarde.

Y es que no puedo evitar extrañarte, si para mí fuiste un mal, fuiste el mejor mal que me ha pasado, porque eso de bien y mal son solo concepciones morales, para mí fuiste más que un impacto que penetró en mi vida para hacer un boom. Es inevitable sonreír cuando recuerdo tus besos, así mismo como es inevitable la tristeza que llega a mí cuando de ti me preguntan.  Aunque días pasados te he visto, y como aquel que hace algo en secreto, busco tu sonrisa de la forma más sigilosa posible, aquella que desde la primera vez que te vi me sorprendió, esta vez fue diferente. Tu cabello, tu silueta, tu voz que hace mucho no oía... Debo ser muy estúpido par que después de tanto tiempo, siga profundamente enamorado de ti.

Hoy estuve a dos metros de infinitas posibilidades que colapsan en mi mente enfrentándome al peor de los casos. Hoy te vi, hoy te sentí, hoy, ayer y desde hace mucho tiempo, te extraño. Repudio el día en que dejé de intentarlo y te perdí definitivamente.

Fallé donde más me duele, rompí una promesa. Dejé de intentar salvar esta compañía.

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