miércoles, 30 de marzo de 2016

Déjame estar entre tus brazos.

Aun recuerdo aquella tarde, lluviosa y gris en que te acercaste a mí y sin previo aviso embestiste mi cuerpo y me encerraste en un abrazo. En ese momento quedé anonadado y encantado. No sabía que estaba pasando, pero no me disgustaba, de hecho me ponía demasiado contento. Nunca entendí la razón de ese abrazo, solo sé que cambió mi forma de ver el presente, mi presente. 

Comencé a darme cuenta que cada abrazo que me dabas era diferente. En algunos nuestros cachetes eran los protagonistas, buscándose entre ellos para sentir el mutuo calor. Otros donde mis labios buscaban tu cuello y tú cedías ante pequeños besos que recibías. Algunos donde nos quedábamos mirándonos fijamente en los cuales sentía que me iba a perder más y más en tus hermosos ojos azules. Creo que mi tipo de abrazo favorito, era ese en que recostados, buscabas mi pecho y te postrabas sobre mi humanidad, sintiendo los latidos de mi corazón, sintiendo yo el calor de tu ser. Un abrazo tranquilo, que nos llenaba de serenidad. Un abrazo perfecto.

Hoy te sigo viendo, pero a la distancia. Te fuiste lejos por cuestiones del destino, y pese a que mantenemos el contacto, estás muy lejos para darte un abrazo. Quizás, cuando vuelvas de tu viaje, todo sea igual, esos abrazos, esos besos, esas miradas, esa sonrisa que me regalabas, tímida y coqueta cada vez que mis brazos se separaban de ti... ojalá todo sea igual. Para ese entonces, solo quiero estar entre tus brazos. Vivir así, feliz, a tu lado.

martes, 29 de marzo de 2016

Devastado

No sé que pasó, ni mucho menos cuando pasó, pero hoy tu mirada fue diferente y es la primera vez que lo siento. Quizás lleves un rato mirándome de una forma diferente, pero discúlpame, amada mía, sabes bien lo lento que puedo llegar a ser. Quisiera entender cuando pasó, porque me da miedo preguntar qué lo provocó. Llevamos 8 meses juntos y cada momento lo disfruto como desde el día en que te conocí y me fijé en tus hermosos ojos verdes. Esos hermosos ojos que me veían con ternura y con cariño. Esos hermosos ojos verdes por los que terminé profundamente enamorado de ti. Esos hermosos ojos verdes que hoy me denotan con indiferencia y amargura. Aquellos que se alejan de mí cuando te acerco la mirada.

Hoy la tristeza me atormenta, es que en el último beso que te dí, sentí como te alejabas de mí. Mientras más cerca estábamos físicamente, más lejos estaba tu corazón del mío acabando todo lo que en algún momento construimos. Dime mi amor, ¿cuándo pasó? pero... no me digas qué, porque las causas me atormentarán toda la vida. Hoy estoy devastado, quizás no estaba preparado para esto, quizás me golpeó de un momento a otro. Hoy ya no estás, pero sigues a mi lado. Me dejas lentamente mientras tomas mi mano, y te desprendes de mi con cada beso que me das.

No puedo evitar centrarme en tu mirada. Cuando estas distraída vuelvo a ver la inocencia y la serenidad, el cariño y la ternura, la hermosa niña de la que me enamoré, pero basta con que me enfoques para que todo eso se pierda en tu pupila. Intentas esconderlo sonriéndome, piensas que así todo estará bien entre ambos, pero tu sonrisa no esconde completamente tu mirada, y aunque no lo sepas, yo sé que estamos más lejos de lo que nunca estuvimos, así tu mano llegue a la mía y tus labios se junten con los míos...

No puedo evitar pensar en tu mirada, la primera que me regalaste, la que me cautivó, la que me enamoró... Ojalá, ojalá, ojalá, algún día vuelva a verla.

viernes, 25 de marzo de 2016

Nubes.

Es imposible ver el firmamento nocturno y no percatarse de que en cualquier momento de la noche, las nubes irán lentamente hacía la luna, acercándose con suavidad y abrazándola lentamente. También me es imposible ver la luna y no pensar en tu dulce mirada, y es que cómo no comparar dicho satélite, que por la luz del sol se ilumina y queda imponente frente a nosotros, con tu mirada que tan solo al verla me paraliza y me hace sentir mil cosas al mismo tiempo... El único problema realmente frente a esto, es que siento que tu mirada es mucho más hermosa que la luna.

Hoy me siento, y sigo viendo las nubes, como sin pena, sin miedo alguno van y se posan al rededor de la luna, como si estuviesen danzando para ella, y esto solo me recuerda a tus abrazos... Más bien, a mí abrazándote, porque como si tu fueses mi luna, me encantaría bailar y buscar el mejor angulo entre tu cintura, agarrarte y nunca soltarte. Me encantaría quedarme a tu lado para siempre, protegerte y amarte durante un tiempo muy muy largo. Me encantaría en ocasiones dejarte descubierta para que irradies a los demás con tu belleza, y luego apoderarme de ella lentamente, causando celos a quien no te puede tener.

Aunque, simplemente me encantaría estar a tu lado y poder abrazarte. Eso me llenaría el corazón completamente.

domingo, 20 de marzo de 2016

Insomnio.

Estamos nuevamente donde comenzamos. Tú, en este momento debes estar hablando con un millar de personas a través de diferentes redes sociales, mientras que yo pienso en cual será la forma menos estúpida de hablarte, sin generar un momento incómodo o sin parecer más idiota de lo que usualmente parezco.

Las relaciones son un tanto extrañas, y no creo que sigo sin entender porque la nuestra giró tan drásticamente y pasamos de noches donde tu cuerpo abrigaba el mío, a noches donde tu cuerpo, lejos, aceptaba que momentos así, efímeros, no volverían. Creía que todo estaba bien. Miraba tu dulce sonrisa, y tu tierna mirada, con esos ojos color café que despertaban algo en mí, y con beberme el color de tus ojos encontraba la energía suficiente para salir adelante, para ser mejor persona, para nunca decepcionarte. Realmente nunca supe cuando fue que te fallé, sin embargo ya no estás aquí. Tu cuerpo está a unas cien cuadras de distancia y el frío que siento no me lo puede quitar nada.

Recuerdo, hace 2 meses, me invitaste a ver películas en tu casa. Tenías todo un cuarto preparado, donde una cama grande, una botella de gaseosa, y muchas cosas que se veían provocativas -además de ti- daban píe a una velada maravillosa, algo que no decepcionó. Esa noche fue mágica. Entre escena y escena la película fue pasando, y nuestros corazones fueron encontrando paz el uno con el otro.

Esa noche no me dejaste ir, eran las 2 de la mañana y decías que irme a mi casa sería muy peligroso, alistaste un colchón y lo pusiste al lado de mi cama. Fui muy inocente pensando que dormiría solo. Cuando estaba conciliando el sueño, te sentí, sabías que en el colchón solo cabía yo, pero igual estabas en el piso, abrazándome. Hice todo mi esfuerzo para que el espacio de ese pequeño colchón colaborara con nuestra causa, y terminaste sobre mí, durmiendo en mi pecho, mientras te abrazaba desde la cintura y sentía tu cabello en mi cara. No importaba, te veías muy tierna, muy dócil, muy hermosa. Ahí me di cuenta que estaba enamorado. Me di cuenta que uno realmente se enamora cuando ve el estado más frágil de aquella persona por quien siente interés. En ese momento solo pensaba en abrazarte, en protegerte y en nunca dejarte ir.

Han pasado dos largos meses desde eso...

Hoy no puedo dejar de pensar en eso, noche tras noche, extraño tu sonrisa, extraño tu mirada, tus dulces ojos cafés, extraño verte reír y verte en estados de paz. Hoy es otra noche más donde me gana el insomnio.

jueves, 17 de marzo de 2016

La luz de tus ojos.

Me encontraba sentado en el patio donde solíamos compartir besos y momentos de alegría, allí donde por primera vez fui capaz de robarte un beso, allí donde por primera vez me dijiste 'amor'. Todo había cambiado, eso fue hace mucho tiempo... Hoy estoy solo con mi telescopio y una libreta de apuntes. Tu recuerdo sigue aquí, pero tu te has ido, realmente no puedo evitar pensar en que con mi telescopio puedo ver la luna, puedo ver las estrellas y me puedo imaginar galaxias enteras cuya belleza, inimaginable no se compara a cuando podía ver tus hermosos ojos verdes, o tu tierna mirada a mi lado. 

Hoy con una cerveza, un libro de apuntes, un telescopio y con ganas de dejar el presente y buscar una forma de volver al pasado y sentir nuevamente tus labios rozando los míos. Siempre intenté dejar de lado esa vida, que tantos problemas me llenó, y siempre intenté mantener viva esa pasión que nos rodeaba, pero al final perdí el rumbo, y de la misma forma perdí la luz de tus ojos. Hoy, un frío jueves en la noche, solo puedo pensar en el calor de tus abrazos, la dulzura de tus labios, la suavidad de tus mejillas y el brillo de tus ojos. 

Hoy un frío jueves en la noche, desearía estar detallando el verde de tus ojos, el rojo de tus labios, lo blanco de tu piel y lo suave de tu cuerpo... Sin embargo, así estés a mi lado todo el tiempo, tengo más cerca a la luna que igualmente hermosa se ve en el telescopio, pero en nada logra compararse a ti.

sábado, 12 de marzo de 2016

Some Words.

Sin importar cuanto me demore en descifrar tu sonrisa, inminente es el paso acordonado que bloquea mi entrada, loable, valiente y fuerte, vaticinando las diferentes opciones que la vida me puede traer, intentaré fuertemente romper con fulgurante energía, aquella barrera que me impide ser feliz.

Mientras esperamos sentados en el andén, aparecen lentamente las sombras del pasado, riéndose de nosotros sin empatía alguna, infundándonos terror del futuro que se acerca. Hoy quizás sea un día diferente, últimamente me he sentido más feliz que de costumbre, antes pensaba que la tristeza no se iría, no puedo pensar más hoy que jamás volverá, a través del tiempo que a tu lado he pasado.


viernes, 11 de marzo de 2016

El día en que volví a escribir.

No fue más que perderme en tu mirada para darme cuenta que tu sonrisa cambiaría mi vida. Y es que, ¿qué hace uno cuando encuentra una mirada profunda llena de compresión y cariño?, ¿qué hace uno cuando encuentra bondad en el corazón de alguien y esa persona está dispuesta a brindarte parte de esta bondad en forma de cariño?... Quizás extrañaba de sobremanera el hecho de sentirme querido, y así mismo extrañaba aún más querer a alguien.

Al final, cuando nuestras manos vuelvan a juntarse y sienta el calor de tu piel, entenderé que la vida es caprichosa, quizás tanto como tú lo eres y nos juega de forma tal que no logramos comprender la realidad que vivimos. Daría muchísimo por entender como funciona esto, quisiera también entender como funcionas tú... Me encantaría saber como manejar mis tiempos contigo y así mismo como ser y como tratarte. Me gustaría saber si tus besos son reales, o tan solo son ilusiones, me gustaría saber si tus caricias son verdaderas, o solo son impulsos que tienes. Al final, me gustaría saber que tanto me quieres, y cuanto dejarás que te quiera.

Por momentos, cuando estoy a tu lado espero que el tiempo se prolongue y esos pequeños instantes amplíen su longitud y se tornen eternos, sin embargo, a veces estás a mi lado, pero no estás y esos pequeños instantes de tiempo se tornan más largos, cuando realmente me gustaría que fuesen muy cortos, o nulos. Por otros momentos, estás lejos y te extraño, y daría muchas cosas por tenerte a mi lado, pero por otros, estás lejos y veo que estás mejor sin mí.

No sé que pensar, quizás tu oscura mirada me nubla, y tus suaves besos me perturban un poco. Tus caricias me desquician y tu sonrisa terminó enloqueciéndome... Espero que todos estos síntomas no me lleven a la enfermedad terminal que conocemos como 'amor'.