domingo, 19 de noviembre de 2017

Letras a mí.

Lo más curioso de encontrar una estabilidad emocional, es el hecho de dejar de lado algo que me apasiona tanto. Llevo varios meses sin tocar(te), sin pensar(te) y sin buscar(te), y son los meses más tranquilos que he tenido en los últimos 4 años. Meses donde he querido escribir sobre romance, amistad y pasión, pero que por cuestiones externas y por la misma falta de inspiración no se me dan.
Insisto, es curioso que esta estabilidad emocional me haga sentir tan vacío, y es que por más que piense que no estoy mal, que no estoy sufriendo, que he crecido y que soy más fuerte, no me siento feliz.

Una parte de mi dirá que me hace falta esa adrenalina que se siente cuando uno sufre por distintos factores; que por amor, que por suerte, que por problemas en la vida, y es que lo peor es que esto haga pensar que no tengo problemas, porque claramente, como muy buenos amigos siempre me dijeron 'todo el mundo tiene problemas, pero lidia con ellos de forma diferente'. Creo que aprendí a lidiar con esos problemas de una forma plena, pero igual, ¿por qué sigo sintiéndome tan vacío?. 

No me siento cómodo con mis amigos, no me siento cómodo con mi familia, no me siento cómodo conmigo mismo. Es como si ese crecimiento, ese cambio que tuve para ser el 'yo fuerte' que soy hoy me hubiese arrebatado algo, algo como la esencia de vivir. Es como si hubiese perdido mi gota de vida. Y no hablo estúpidamente de que ya no vale la pena vivir, de que me voy a suicidar, y ese montón de maricadas. Hablo de que a mi vida le hace falta algo de sabor, de color y de pasión.

Aun siento dolor, quizás más que antes, aún siento cansancio físico y mental y aún sufro de esa maldita ansiedad que me ha puesto a sufrir desde que soy adolescente, pero me siento tan vació que de alguna manera todo eso no me importa, y caen en ese hueco, en se agujero negro que es mi corazón (como diría una amiga mía).

En resumen, algo le falta a mi vida, no sé que es, pero supongo que caminando y siguiendo donde estoy no lo encontraré. No hablo de dejar a mis amigos, puesto que para mi son demasiado especiales, ni dejar atrás toda esta fortaleza que he ganado, hablo de recorrer el mismo camino que estoy recorriendo, pero en zigzag, abarcando más terreno y conociendo más, para quizás, algún día encontrar algo que me haga quitar las gafas, me tome de la mano y me lleve a eso que tanto anhelo, que tanto llaman, felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario