miércoles, 28 de diciembre de 2016

Cuando la inspiración se va.

Espero esto sea breve, como lo que ocurrió entre nosotros. Es muy raro, porque no sé que hiciste para que yo cayese en este estado; para que yo volviese a escribir con inspiración. Es gracioso, inspirarme es una cuestión un poco complicada. La verdad no suelo escribirle a quien deseo solo físicamente, en palabras más cortas, no le escribo a lo que me quiero comer. Quizá eso sea muy idiota de mi parte, ya que este medio podría ser muy útil para algo carnal... al fin y al cabo las palabras bonitas y bien organizadas son las que lo llevan a uno a lugares que jamás se piensan, y preguntas curiosas con un doble sentido un tanto poético podrían dar pie a cualquier maricada.

Ya hoy solo me queda desahogar la última gota de inspiración que yace bajo tu nombre. Esa última sonrisa que aún recuerdo y el último beso que jamás debimos darnos. Todo eso me llenó de inspiración, de felicidad y de muchísimo sentimiento. Tanto así que aún podría escribir sobre eso.
Ya hoy solo me queda despedir ese recuerdo del que aún me aferro y soltarme de todo lo que en algún momento me brindó una felicidad banal. Al final lo que más me llenó de toda la experiencia fue esa pequeña frase sobre la felicidad. Como se va de la nada, por su misma esencia. Ya hoy solo me queda seguir adelante, esperando y buscando quien llegue a mi vida a brindar inspiración.

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