Recuerdo tus ojos, color miel como aquel atardecer que vio nuestro primer beso. Recuerdo cada roce, cada sensación que nos dimos ese día. Recuerdo, como vehemente llegué a tu cuerpo, y tu llegaste al mío, sin miedo, sin nada. Recuerdo como aquella mañana de mayo te vi dormida, a mi lado, y recuerdo también cuando caí antes que tú, dormido, en tu pecho, en tus brazos. Recuerdo tantas cosas hermosas, como otras no tanto, pero para qué recordar las malas experiencias si las buenas son el píe que da vida a nuestro mañana. Pero, recordaré sobretodo tu voz, tu suave voz a mí oído, diciendo que todo estará bien, que siempre estarás a mi lado, que nunca me abandonarías, que lo sería todo para ti.
Esta noche, ya no recuerdo. Esta noche siento tus ojos color miel, tu labios rojos, tu alma junto a la mía. Quiero seguir sintiendo, quiero saber que estarás para mí, que seré lo primero, que dejaremos todo y nos escaparemos, allá donde juzguen nuestro amor, donde le llevemos la contraría al mundo, donde nos amemos hasta más no poder. Esta noche siento el aroma de tu piel, que me llena de alientos y de emociones, que me llevan a la locura pero no al desespero. Esta noche, tu y yo seremos uno, seremos uno en alma, en cuerpo, en pensamiento. Tú y yo, tú, mi amada, yo, tu soñador.
Volveremos en un futuro al recuerdo de esta noche, que hoy joven es testigo de lo que puede llegar a haber entre nosotros, volveremos a rehacerla, volveremos a ser completamente felices, uno al lado del otro. Tú y yo, tú, mi amada, yo, tu soñador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario