lunes, 7 de abril de 2014

Un día después de la catastofre.

Pensé que olvidarte sería fácil. No sé, soy un imbécil. Estaba predispuesto a ignorarte apenas te viera, estaba predispuesto a no tenerte en cuenta y no verte hoy más. Sin embargo, no fue más que el primer momento en que te vi el que cambió todo mi parecer. Radiante atravesaste esa puerta, con tu elegancia y tu hermosura. Intente no mirarte a los ojos, pero fracasé y volví a caer completamente enamorado de ellos. Fue tu piel quien me engatusó completamente. Tu tierna y suave piel rozando la mía. Tú, la más hermosa.
No fue más que escuchar tu voz para quedar paralizado. Un corrientazo recorrío mi alma. No me imagino ya un día sin ti. Y aunque pierda el hilo, siempre afirmaré que eres lo más hermoso que tiene mí vida en este momento, aunque yo no exista para ti.

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