Pensé en este momento como algo que nunca pasaría. Esperaba que nunca llegar y soñaba con nunca hablar de él. Este fue el día en que se me acabaron las palabras.
No sé, tal vez fue porque siento que te perdí. O por otras causas, pero en mi no nace la misma composición de antes. Ya no logro encontrar palabras que rimen, palabras que lleguen a tener un sentido significativo para alguien, en especial para ti. (Aunque si te perdí no sé porque aun te busco ubicar en mis textos). ¿Qué me pasó? Hace unos días te podría escribir algo que llenara tu corazón, algo que te hiciera pensar en mi cada vez que oyeras palabras significativas dentro del texto.
¿Qué tal que la pregunta sea ¿Dónde estás tú??. Si es así ya se de donde viene mi falla, de donde viene el problema que traigo con las letras. Esperaré a que vuelvas, porque solo por ti, es que mis palabras nacen. Tú lo sabes, yo sólo escribo bien cuando me debato entre el vicio y la virtud si hablamos aristotélicamente. Tu eras mi vicio y mi virtud, nunca pude llegar al justo medio contigo, pero aún así sabías que mis frases tenían más sentido. Eran más bonitas según tú.
¿Dónde estás tú? Me haces falta, mujer.
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