miércoles, 14 de agosto de 2013

In My Darkest Hour.

No son tus palabras, no son tus actos. Es tu presencia. Aquella que me da a ver todo lo que puedo tener y todo lo que puedo perder en cuestión de segundos. Es la noche que marchita que desangra nuestros corazones dispuestos a amar, pues es la hora más oscura; aquella en la que el cielo desaparece y en el lecho del sofá solo nos encontramos tú y yo, atrapados por una brisa negra. Es la fugacidad de un "te amo", el calor de un girasol y la ternura de un beso soñado. Es tu sombra la que me tienta, la oscuridad en tu ser tras ese inocente rostro en ti. Es la hora más oscura; aquella en que el mundo se detiene y congelados, nuestros cuerpos danzando a la velocidad de un ferrocarril, que transporta en si la belleza de la naturaleza destruida por el ser humano. Así es que mientras no estemos juntos el mundo seguirá su curso normal, más cuando nos encontremos, nuestros cuerpos se encuentren, vendrá un cambio no solo para ti, ni para mi. Llegará un cambio a esta hora más oscura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario