lunes, 26 de agosto de 2013

Regresa, amor mío.

Sin ti no soy nadie. Me haces falta, ya lo sabes, ya te lo he dicho. ¿Amor mío donde estás? La vida no es lo mismo, lees lo que escribo, oyes lo que canto. Mi tercer texto no es igual a mi decimoctavo. El primero  estaba lleno de amor, lleno de el más grande sentimiento ubicado por la humanidad. Los últimos son textos vanos, carentes de emoción. Sólo juegan con tu cabeza.

Mi amor, la falta que me haces es más grande que la que nunca nadie me ha hecho hasta este momento de mi vida. Eras mi todo. Sabes lo calculador que suelo llegar a ser, y contigo ya tenía planeado todo, no esperaba perderte tan rápido. Espero no haberte perdido aún. Carente de sentido en el texto pondré cosas que me recuerdan a ti. Comenzaré con el cielo, el sol, la luna, las estrellas, los libros, mi ropa, mis baquetas, mi celular, la luz, para no alargar tanto la lista, la vida en sí.

Extraño todos los momentos a tu lado, nuestras peleas por estupideces, después de eso nuestros ratos de reconciliación. El como podíamos ser uno a veces, y a veces llegábamos a ser más de dos. Como eras la única que lograba remover de mí mi gran timidez y como esta salía a flote en ti, haciéndote ver más y más hermosa. Como extraño en sí tu cuerpo, como extraño tu calor. Como te extraño a ti. Regresa, amor mío.

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